Un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Un peligroso cruzar, un peligroso mirar hacia atrás, un peligroso estremecerse y detener el paso.
Vosotros miráis hacia arriba cuando ansias elevaros; yo miro hacia abajo, pues estoy elevado.
Y yo, ciego y mortal, hacia tu carne, hacia las soledades de tu pecho pongo mi corazón y escucho.
Yo no sé desde dónde, hacia dónde, ni cuándo regresarás... sé sólo que te estaré esperando
¿estamos en el mundo? ¿este río es el río o es una cinta de sueño que se va hacia la muerte?.