No consideres como amigo al que siempre te alaba y no tiene valor para decirte tus defectos.
No hay mayor placer que el de encontrar un viejo amigo, salvo el de hacer uno nuevo.
No hay que elegir por esposa sino a la mujer que uno elegiría por amigo si fuera hombre.
No hay que mirar que bien nos ha hecho un amigo, sino solamente el deseo que él tiene de hacérnoslo.
No te hagas demasiado amigo de nadie: tendrás menos alegrías pero también menos penalidades.
Puedes censurar a un amigo en confianza, pero debes alabarlo delante de los demás.