A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.
Amo a todas las religiones, pero estoy enamorada de la mía.
Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios.
Cuanto menos poseemos, más podemos poseer.
Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía más.
Debemos amar la oración. La oración dilata el corazón hasta el punto de hacerlo capaz de contener el don que dios nos hace de sí mismo.
Dondequiera que vayas, busca siempre la belleza y la inmensa bondad de dios.
El amor es un fruto que madura en todas las estaciones y que se encuentra al alcance de todas las manos.
El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio.
El amor, para que sea auténtico, debe costarnos.
El dinero sólo puede comprar cosas materiales, como alimentos, ropas y vivienda. Pero se necesita algo más. Hay males que no se pueden curar con dinero, sino sólo con amor.
El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.
El futuro no está en nuestras manos. No ejercemos poder sobre él. Sólo nos queda actuar, aquí y ahora.
El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió.
El que no sirve para servir, no sirve para vivir.
El sufrimiento de unos puede ser provocado por la ambición de otros.
Empieza transformando todo lo que haces en algo bello para dios.
Hay una cosa muy bonita: compartir la alegría de amar.
Hoy en día el mundo está cabeza abajo y sufre tanto porque hay muy poco amor en los hogares y en la vida familiar.
Jesús es mi Dios, Jesús es mi Esposo, Jesús es mi Vida, Jesús es mi único Amor, Jesús es todo mi ser, Jesús es mi todo.
La alegría es oración, la señal de nuestra generosidad, de nuestro desprendimiento y de nuestra unión interior con dios.
La amargura y el orgullo son hermanos gemelos;el mal humor y la irritabilidad son sus inseparables acompañantes.
La cosa más importante no es lo que decimos nosotros, sino lo que dios nos dice a nosotros. Jesús está siempre allí, esperándonos. En el silencio nosotros escuchamos su voz.
La disciplina es el mejor amigo del hombre, porque ella le lleva a realizar los anhelos más profundos de su corazón.