La vida es un hospital donde cada enfermo está poseído por el deseo de cambiar de cama.
La vida es un instinto de desarrollo, de supervivencia, de acumulación de fuerzas, de poder.
La vida es un juego de probabilidades terribles; si fuera una apuesta no intervendrías en ella.
La vida es un negocio en el que no se obtiene una ganancia que no vaya acompañada de una pérdida.
La vida es un pañuelo, es un hermoso juego, es un instante de pólvora y colores y nada más.
La vida es un tránsito; el mundo es una sala de espectáculos; el hombre entra en ella, mira y sale.
La vida es una ininterrumpida e intermitente sucesión de problemas que sólo se agotan con la muerte.