Para pedestal, no para sepulcro, se hizo la tierra, puesto que está tendida a nuestros pies.
Porque nada he deseado aparte de tu amor nunca perdí mi tierra que me invento contigo.
Qué inapropiado llamar Tierra a este planeta, cuando es evidente que debería llamarse Océano.
Si es que hay un infierno en la tierra, debe estar en el corazón del hombre melancólico.