No esperes al día en que pares de sufrir, porque cuando llegues sabrás que estás muerto.
No te quejes de sufrir, que así aprendes a socorrer.
Para hacer el bien hay que tener el valor de sufrir y sobrellevar las contrariedades.
Pedir una moral a la ciencia es arriesgarse a sufrir crueles desengaños.
Pero lo grande, la tremenda verdad es ésta: sufrir no sirve de nada.
Quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir la violencia.
Sabiendo sufrir se sufre menos.
Se puede amar sin sufrir cuando se ama sin enrojecer.
Si haces lo que no debes, deberás sufrir lo que no mereces.
Sufrir es más que gozar: es verdaderamente vivir.
Sufrir sin quejarse es la única lección que debemos aprender en esta vida.
Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir.