Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.
Un pueblo sólo puede ser guiado por costumbres, no por saber.
Una buena gran parte del arte del bien hablar consiste en saber mentir con gracia.
Una cosa es saber y otra saber enseñar.
Una de las alegrías de la amistad es saber en quien confiar.
Uno debe saber vivir con el dinero que tiene.
Vale más saber alguna cosa de todo, que saberlo todo de una sola cosa.
Vivir es no estar seguro, no saber nada acerca del próximo momento. En el momento en que sabes comienzas a morir un poco. El artista nunca sabe por completo; adivina. Tal vez nos equivocamos, pero damos salto tras salto en la oscuridad.
Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir.
Y si quieres saber lo que a uno deleita, sin necesidad de que te lo diga, háblale de diversos asuntos, y cuando lo observes escuchando atento, sin bostezos ni fruncimiento de cejas, ni otros signos semejantes, puedes estar seguro de que la cosa de que hablas es la que le deleita.
Yo no se quien fue mi abuelo; me importa mucho más saber que será su nieto.
¡A trabajar! Provoca una infinita alegría saber qu todavía tenemos las mejores cosa por hacer.
¡Estudia! No para saber una cosa más, sino para saberla mejor.
¡Qué triste es amarlo todo sin saber lo que se ama!
¿Habrá un fin al saber?. Nunca, nunca. Se está siempre al principio de una curiosidad inextinguible frente a infinita vida.
¿Qué importa saber lo qué es una recta si no se sabe lo que es la rectitud?