La riqueza es un poder usurpado por la minoría para obligar a la mayoría a trabajar en su provecho.
La riqueza se parece al agua de mar; cuanta más bebemos, tanto más sedientos nos sentimos.
No tenemos más derecho a consumir felicidad sin producirla, que a consumir riqueza sin producirla.
Nuestra fuerza esta en nuestro ideal con nuestra pobreza, no en la riqueza sin ideales.
Para que el sueño, la riqueza y la salud se disfruten de verdad, es necesario interrumpirlos.