Te supe a media voz con un deseo mágico rozándonos tobillos los secretos más profundos del pecado.
Un amor que pregunta, si es virtud o es pecado, la fuerza que lo agita, eso es el amor soñado.
yo cometí el delito de inventarte una estrella, y fue tuyo el pecado de ofrecerme una rosa.
Yo no tengo la culpa de que la vida se nutra de la virtud y del pecado, de lo hermoso y de lo feo.