Lo que más admiro en los demás es la ironía, la capacidad de verse desde lejos y no tomarse en serio.
Los jóvenes españoles no saben divertirse sin dinero y los adultos muestran una obsesión excesiva por él. Han hecho que la felicidad dependa exclusivamente del dinero.
Los periodistas deben criticar, pero no azotar a nadie.
Los poetas y los ángeles somos hermanos de leche. Los ángeles viven en las nubes y nosotros con los pies sobre la tierra.
Los sentimientos son inocentes como las armas blancas
Los seres humanos pueden vivir sin dioses pero los dioses le deben la vida a los seres humanos, es decir, son una extensión imaginaria de la realidad, el resultado de una insatisfacción.
Los valores morales se pierden sepultados por los económicos.
Más vale poco con justicia, que mucho con derecho.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.
Me entristece no haber sido más que un niño, que jugaba, que aprendía en tu sabor cómo es la carne, cómo el hombre es una bestia.
Me gustaría ser valiente. Mi dentista asegura que no lo soy.
Melancolía: manera romántica de estar triste.
Mi corazón pende en mi pecho, condecoración a ofrecer.
Nada es fácil ni tan útil como escuchar mucho.
Nada está construido en la piedra. Todo está construido en la arena. Pero debemos construirlo como si la arena fuese piedra.
Nadie es patria, todos lo somos.
Nadie y todos somos la patria.
Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña, ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios serán favor tan misterioso como mirar tu sueño implicado en la vigilia de mis brazos.
Ni la utilidad del mentir es sólida,ni el mal de la verdad perjudica mucho tiempo.
Ningún general asedia al adversario con tanta maestría, como esta flor amarilla. Todos los años toma febrero por asalto, instaura la floración total de la primavera y se retira sin ruido por las rutas de marzo.
Ninguno ha dicho la verdad total, porque no existe. Tenemos solo pensamientos breves, ligeros. De materia que se consume al arder.
No eres ambicioso: te contentas con ser feliz.
No es muy inteligente ni sensible y gozará despreocupadamente de la vida; vivirá sin enterarse de su insignificancia, y ésta es una variante, acaso la única posible, de la felicidad.
No esperes que tu amigo venga a descubrirte su necesidad; ayúdale antes.
No hables al menos que puedas mejorar el silencio.