Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón del que amamos.
Mucho tienen que hacer los padres para compensar el hecho de tener hijos.
Nada que un hombre haga lo envilece más que el permitirse caer tan bajo como para odiar a alguien.
Nadie ha aprendido el sentido de la vida hasta que ha sometido a su ego para servir a sus hermanos.
Nadie imagina cuánto ingenio se requiere para no parecer nunca ridículo.