Dos fuerzas guían al hombre, el miedo y el egoísmo.
El egoísmo es el arte de ver en ti mismo lo que otros no pueden ver.
El egoísmo es el único ateísmo verdadero; el anhelo y el desinterés, la única religion verdadera.
El egoísmo no es vivir como uno desea vivir, es pedir a los demás que vivan como uno quiere vivir.
El orgullo es una forma de egoísmo.
Hay un cierto egoísmo en lo que escribo, siempre quejándome del calor, el hambre o el dolor que siento, pero es terriblemente importante tener autentificado lo que escribo porque ha sido vivido.
La juventud es la edad de los sacrificios desinteresados, de la ausencia de egoísmo, de los excesos superfluos.
La música es el arte de coordinar los sonidos de acuerdo con el egoísmo creador del artista y su completa indiferencia a toda ley extraña a su propia sensibilidad.
La soberbia y el egoísmo, son los padres de la soledad.
No hay verdadera felicidad en el egoismo.
Ser celoso es el colmo del egoísmo, es el amor propio en defecto, es la irritación de una falsa vanidad.
Si no perdonas por amor, perdona al menos por egoísmo, por tu propio bienestar.
Si vamos a crecer en el amor, las cárceles de nuestro egoísmo deben ser desbloqueadas. Esto implica sufrimiento, esfuerzo constante y elecciones repetidas.
Todo amor genuino es compasión, y todo amor que no sea compasión es egoísmo.
Tu conciencia es la medida de la honradez de tu egoísmo. Escúchala atentamente.
Vuelvo a mirarte aún. Y eres el mismo milagro de ternura y egoísmo, triste y feliz, eterno y pasajero,