Donde rompen los amantes para siempre queda el monumento de su despedida. Lo volverán a ver intacto y marmóreo cuantas veces pasen por este sitio
Lo que más nos aproxima a una persona es esa despedida, cuando acabamos separandonos, porque el sentimiento y el juicio no quieren ya marchar juntos; y aporreamos con violencia el muro que la naturaleza ha alzado entre ella y nosotros.
No hay beso que no sea principio de despedida; incluso el de llegada.
No me resigno a dar la despedida a tal altivo y firme sentimiento que tanto impulso y luz diera a mi vida.
No pocas veces ya he dicho adiós; conozco las horas desgarradoras de la despedida.
Oficio que no sustenta tu vida, dale despedida.
¿Dices que no se siente la despedida?, ¡Ay!, di al que te lo dijo que se despida.