A barco nuevo, capitán viejo.
Al irte dejas una estrella en tu sitio, dejas caer tus luces como el barco que pasa, mientras te sigue mi canto embrujado.
Barco con tormenta, en cualquier puerto entra.
Barco en varadero, no gana dinero.
Caballo sin espuela, barco sin remos ni vela.
Casa sin mujer y barco sin timón, igual cosa son.
Cuida de los pequeños gastos; un pequeño agujero hunde un barco.
El barco en que he de ir está en el puerto; a éste seguirá otro en que tú vayas. Te esperarán mis brazos, no se en dónde... tal vez en algún puerto... ¡en una playa!
Eres un viajero a bordo de un barco navegando en el río del tiempo.
Estar en un barco es como estar en una cárcel, con posibilidades de ahogarte.
La casa no es un barco.
Mas vale honra sin barcos, que barco sin honra.
Me gusta viajar como el barco del ojo que va y viene en cada parpadeo.
Para la mayoría de los hombres, la experiencia es como las luces de popa de un barco: Iluminan sólo el camino que queda a sus espaldas.
Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.
Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo, sino que primero has de evocar en los hombres el anhelo de mar libre y ancho.
Todos somos capitanes y la diferencia está sólo en el barco en que vamos sobre las aguas del mar.
Un barco no debería navegar con una sola ancla, ni la vida con una sola esperanza.