A los curas caso omiso, y para mí un buen piso.
A los hombres se les puede dividir en dos categorías: los que hablan para decir algo, y los que dicen algo por hablar.
A los niños se hace mucho bien tratándolos siempre con amabilidad. Hay que amarlos y estimarlos a todos por igual, aunque alguna que otra vez no lo merezcan.
A los verdugos se les reconoce siempre. Tienen cara de miedo.
A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo.
A mi edad tengo una mala opinión del ser humano, cuya capacidad para el mal, para infligir dolor o abusar de los débiles es infinita.
A pesar de no ser nunca el definitivo, el primer amor perdura para toda la vida.
A quien enferma para morir, ningún remedio puede servir.
A su amigo, el gato le deja siempre señalado.
A un padre siempre hay que ayudarlo. Hace falta enseñarle que la vida es difícil. Si después, como es justo, llegás donde él queria, debés convencerlo de que estaba equivocado y que lo hiciste por su bien.
A una colectividad se le engaña siempre mejor que a un hombre.
A una madre se la quiere siempre con igual cariño y a cualquier edad se es niño cuando una madre se muere.
A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad.
A veces hay que estropear un poquito el cuadro para poder terminarlo.
A vosotros (políticos) os hemos formado en interés del Estado tanto como en el propio vuestro, para que seáis en nuestra República nuestros jefes y vuestros reyes.
Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado.
Acepto que sientas odio, pero no que actúes con él... acepto que ames, aplaudo que actúes siempre con él.
Acostumbraros a ser obedientes, porque siempre os ha de tocar obedecer.
Actúa siempre con acierto. Esto tranquilizará a algunas personas y asombrará al resto.
Actúo en política como en la guerra: distraigo a un flanco para batir al otro.
Adelante trabajando siempre logrando siempre buscando y aprendiendo a forjar y esperar.
Adiós, mi amor querido. Gracias por todo lo que me diste,y gracias por cada vez que vuelvas a pensar en mí.
Adiós. Más allá de la neblina una niebla más profunda.
Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar.
Agua por mayo, pan para todo el año.