La inmoralidad ha hallado siempre en la religión un apoyo tan firme como la moralidad.
La inteligencia es la velocidad de reacción, para percatarme que estoy equivocado.
La lectura es la gran proveedora de argumentos, la clave para que los demás te escuchen.
La lectura nos regala mucha compañía, libertad para ser de otra manera y ser más.