Y en sueños confunde la muerte, la vida: recuerda y olvida, suspira, respira con hórrido afán.
Y entender a todos y a todos decirle: vive, porque la vida es la poesía más alta.
Ya que la vida os parece insoportable, ¿por qué no os imponeis la obligación de luchar contra ella?.
Yo no tengo la culpa de que la vida se nutra de la virtud y del pecado, de lo hermoso y de lo feo.
¡Arriba, haragán!. ¡No desperdicies la vida!. Ya dormirás bastante en la sepultura.