Nuestro destino ejerce su influencia sobre nosotros incluso cuanto todavía no hemos aprendido su naturaleza; nuestro futuro dicta las leyes de nuestra actualidad.
Nuestro gran tormento en la vida proviene de que estamos solos y todos nuestros actos y esfuerzos tienden a huir de esa soledad.
Nuestros sueños son nuestra única vida real.
Nunca he sentido que algo realmente importase, pero sí la satisfacción de saber que las cosas que apoyaste y en las que creías las habías conseguido de la mejor forma que habías podido.
Nunca le prestes el auto a alguien a quien le has dado la vida.
Nunca leo novelas ni ensayos, sino biografías. Para mí, es más importante la vida de un hombre que sus sueños de papel.
Nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar y no de vida y de costumbres.
Nunca podrás tenerme sin abrir tu deseo sobre la desnudez que sella lo inefable, ni encontrarás mis labios mientras algo concreto enraíce tu amor.
Ocasión perdida, no vuelve más en la vida.
Oficio que no sustenta tu vida, dale despedida.
Oh santo temeroso ¡anímate!, las nubes que tanto temes, llenas de misericordia están y sobre ti bendiciones derramarán.
Oh, amada esperanza, aquel día sabremos, también, que eres la vida y eres la nada.
Oh, la vida es un ciclo glorioso; y el amor es algo que siempre triunfa, que nunca puede fracasar.
Ouida amaba a Lord Lytton con un amor que convirtió la vida de él en un infierno.
Padres no podemos tener más que una vez; se promete demasiado el que entra en la vida con la esperanza de hallar muchos amigos.
Pánico. La escalera se derrumba sobre los amores de los gatos.
Para cambiar tu vida por fuera debes cambiar tú por dentro. En el momento en que te dispones a cambiar, es asombroso cómo el universo comienza ayudarte, y te trae lo que necesitas.
Para conocer a una mujer hace falta toda una vida.
Para encontrar gusto a la vida, no hay como morirse.
Para la mayoría de nosotros la verdadera vida es la vida que no llevamos.
Para progresar no basta actuar, hay que saber en que sentido actuar.
Para qué volver sobre el echo sabido de que cuanto más se parece un libro a una pipa de opio más satisfecho queda el chino que lo fuma, dispuesto a lo sumo a discutir la calidad del opio pero no sus efectos letárgicos.
Para ser feliz hace falta, sobre todo, estar conforme con uno mismo.
Para triunfar en la lucha por la vida, el hombre ha de tener o una gran inteligencia o un corazón de piedra.
Para triunfar es necesario, más que nada, tener sentido común.