No creo que existan reglas sobre los asuntos del amor y la cantidad de compasión que conllevan.
No es necesario decir todo lo que se piensa, lo que si es necesario es pensar todo lo que se dice.
No es verdad que el matrimonio sea indisoluble. Se disuelve fácilmente en el aburrimiento.
No poseemos la verdad ni el bien nada más que en parte y mezclados con la falsedad y con el mal.