Amo el desvarío de tus manos y las montañas de sueño que me tocan: alas para borrar mi aquelarre de mundos que no entiendo.
Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran.
Antes había países pacíficos y países agresivos. Ahora todos quieren la paz. Y para asegurarla, fabrican más armas que nunca.
Antes que toda otra cosa la preparación es la clave para el éxito.
Antídoto para el aburrimiento es la acción entusiasmante del servicio. Un aburrido no es quien puede, sino quien quiere.
Apenas son suficientes mil años para formar un Estado; pero puede bastar una hora para reducirlo a polvo.
Aprender de ayer, vivir para hoy, soñar para mañana.
Aquel que para amigos y adversarios guarda igual corazón; aquel que permanece igual ante la gloria como ante la vergüenza, a ése bien lo amo.
Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos".
Aquellos que cederían la libertad esencial para adquirir una pequeña seguridad temporal, no merecen ni libertad ni seguridad.
Aquí un marido que ama a su mujer es un hombre que no tiene el mérito suficiente para hacerse amar por otra.
Aquí yace quien nació y murió, sin saber nunca para qué vivió.
Así como los ojos están formados para la astronomía, los oídos lo están para percibir los movimientos de la armonía.
Atender y entender para aprender.
Aun viéndote sucia y borracha, me arrodillo para nombrarte: ¡Madre!.
Aunque estoy convencido de que nada cambia, para mí es importante actuar como si no lo supiera.
Aunque las mujeres no somos buenas para el consejo, algunas veces acertamos.
Autoevidente: evidente para uno mismo, pero no para los demás.
Averguénzate de morir antes de haber conseguido alguna victoria para la humanidad.
Bajo un gobierno que encarcele a alguien injustamente, el sitio adecuado para una persona justa es también la cárcel.
Basta con aguantar en la vida para que los ilegítimos queden legitimados. Se siente una infinita estima por la inmoralidad, porque no ha dejado de serlo y el tiempo la ha condecorado con arrugas.
Basta el instante de un cerrar de ojos para hacer de un hombre pacífico un guerrero.
Basta un instante para hacer un héroe y una vida entera para hacer un hombre de bien.
Basta un poco de espíritu aventurero para estar siempre satisfechos, pues en esta vida, gracias a dios, nada sucede como deseábamos, como suponíamos, ni como teníamos previsto.
Bebo para hacer más interesantes a los demás.