Los niños adivinan qué personas los aman. Es un don natural que con el tiempo se pierde.
Los niños iluminan el hogar. ¡Cómo no iluminarlo, si dejan las luces prendidas en todos lados!.
Los niños son como Dios, llenos de ternura, paz y con el lenguaje universal del Amor.
Los ojos son para mirar, las manos para coger, la cabeza para pensar y el corazón para amar.
Los partidos políticos sirven para mantener a cada uno bajo vigilancia permanente del otro.