La televisión nos proporciona temas sobre los que pensar, pero no nos deja tiempo para hacerlo.
La tontería se coloca siempre en primera fila para ser vista; la inteligencia detrás para ver.
La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna.
La única educación eterna es esta: estar lo bastante seguro de una cosa para decírsela a un niño.
La única fe salvadora es la que se arroja así en Dios, para la vida y para la muerte.
La vejez no nos vuelve infantiles, como dicen, sino que nos encuentra todavía cual verdaderos niños.
La venganza solo es dulce para aquellos a los que el rencor les ha tergiversado el gusto.
La verdad necesita de dos hombres para ser descubierta: uno para decirla y otro para entenderla.
La verdad tiene dos sabores: uno dulce, para el que la dice, y otro amargo, para el que la oye.
La vida es una tragedia para los que sienten, y una comedia para los que piensan.