Las acciones de los hombres son normalmente buenas, pero sus razones para obrar lo son raramente.
Las amenazas sólo son armas para el amenazado.
Las armas se deben reservar para el último lugar, donde y cuando los otros medios no basten.
Las armas son instrumentos de desgracia, no son instrumentos para el rey.
Las armas son instrumentos para matar y los Gobiernos permiten que la gente las fabrique y las compre, sabiendo perfectamente que un revólver no puede usarse en modo alguno más que para matar a alguien.
Las ayudas al desarrollo toman el dinero de los paises ricos para dárselo a los ricos de los paises pobres.
Las cadenas del hábito son generalmente demasiado débiles para que las sintamos, hasta que son demasiado fuertes para que podamos romperlas.
Las cartas de recomendación son las que se entregan a un inoportuno para que vaya a importunar a otro.
Las causas están ocultas. Los efectos son visibles para todos.
Las conferencias deben ser como las faldas de las mujeres: suficientemente largas para contener algo y suficientemente cortas para despertar el interés.
Las críticas no son otra cosa que orgullo disimulado. Un alma sincera para consigo misma nunca se rebajará a la crítica. La crítica es el cáncer del corazón.
Las diminutas cadenas de los hábitos son generalmente demasiado pequeñas para sentirlas, hasta que llegan a ser demasiado fuertes para romperlas.
Las enzimas con unas cosas inventadas por los biólogos para explicar unos procesos que de otra forma requieren que pienses mucho más.
Las espinas de la vida se trocarán en flores para toda la eternidad.
Las estadísticas son al mundo lo que el poste al borracho. Sirven para sostenerlo, no para mejorarlo.
Las flores son para los muertos.
Las fuerzas que se asocian para el bien no se suman, se multiplican.
Las guerras se hacen para producir deudas.
Las ideas solo son exóticas, para el que no tiene ideas.
Las lágrimas son inútiles, a menos que esté el marido presente para verlas derramar.
Las lecturas que se hacen para saber no son, en realidad, lecturas. Las buenas, las fecundas, las placenteras son las que se hacen sin pensar que vamos a instruirnos.
Las leyes se han hecho para el bien de los ciudadanos.
Las luces están dispuestas para iluminarnos desde el pasado.
Las matemáticas se escriben para los matemáticos.
Las matemáticas son una gimnasia del espíritu y una preparación para la filósofia.