Quién me diera, flor divina, ser la gota peregrina del ligero rocÃo matinal, que ha vivido un sólo instante acariciada y amante, entre la sonrisa loca de tu boca de coral!. Ricardo Palma Soriano
Quién me diera, flor divina, ser la gota peregrina del ligero rocÃo matinal, que ha vivido un sólo instante acariciada y amante, entre la sonrisa loca de tu boca de coral!.