Si las acciones humanas pueden ser nobles, vergonzosas o indiferentes,
Aristoteles
lo mismo ocurre con los placeres correspondientes. Hay placeres que derivan de actividades nobles, y otros de vergonzoso origen.
Si las acciones humanas pueden ser nobles, vergonzosas o indiferentes,
Aristoteles
lo mismo ocurre con los placeres correspondientes. Hay placeres que derivan de actividades nobles, y otros de vergonzoso origen.