Además, ya no tenÃa remedio. Estaba chorreando. En este aspecto la lluvia se parece a la pena: haces todo lo posible por que no te toque, por ponerte a resguardo, pero si fracasas, cuando fracasas, llega un momento en que empiezas a ver el problema no ya en términos de gotas, sino de chorro incesante, y a partir de entonces decides que ya da igual empaparse.
Elif Shafak