Al jugar al ajedrez entonces, podemos aprender: Primero, previsión... Segundo, prudencia... Tercero, cautela... Y al final, aprendemos del ajedrez el hábito de no ser desanimados por apariencias malas presentes en el estado de nuestros asuntos, el hábito de la esperanza por una oportunidad favorable y la perseveración de los secretos de los recursos.
Benjamin Franklin