La Revolución francesa no procede de tal hombre, de tal o cual libro, procede de las cosas. (...) procede sobre todo del progreso de la sociedad al mismo tiempo hacia las Luces y hacia la corrupción; por eso pueden verse en la Revolución francesa tantos principios excelentes y tantas consecuencias funestas. Los primeros derivan de una teorÃa ilustrada, las segundas de la corrupción de las costumbres. Este es el auténtico motivo de esa incomprensible mezcolanza de crÃmenes injertados en un tronco filosófico.
Francois Rene De Chateaubriand