El único placer de la vida en Ginebra es que allà cada cual puede morir como le dé la gana. Hay mucha gente decente que ni siquiera llama al cura.
Voltaire
El único placer de la vida en Ginebra es que allà cada cual puede morir como le dé la gana. Hay mucha gente decente que ni siquiera llama al cura.
Voltaire