Ya sólo chocaron tu cuerpo y el mÃo como dos pedernales. Al amanecer me sorprendà de que respiraras todavÃa.
Roberto Obregon
Ya sólo chocaron tu cuerpo y el mÃo como dos pedernales. Al amanecer me sorprendà de que respiraras todavÃa.
Roberto Obregon