Los ancianos de antes eran menos desdichados y estaban menos aislados que los de hoy: aunque, al permanecer en la tierra, hubieran perdido a sus amigos, poca cosa más habÃa cambiado a su alrededor; eran ajenos a la juventud, pero no a la sociedad. Ahora, un rezagado en este mundo no sólo ha visto morir a los hombres, sino que ha visto morir las ideas: principios, costumbres, gustos, placeres, penas, sentimientos, nada se parece ya a lo que él conoció. Es de una raza diferente de la especie humana en medio de la cual acaba sus dÃas.
Francois Rene De Chateaubriand