Francisco de AsÃs, creador de las órdenes mendicantes (...) acabó de introducir al pueblo en la religión; al revestir al pobre con un hábito de monje, obligó al mundo a la caridad; elevó al mendigo ante los ojos del rico y estableció en una milicia cristiana proletaria el modelo de aquella fraternidad que será el cumplimiento de aquella parte polÃtica del cristianismo que todavÃa queda por desarrollar, y sin la cual jamás habrá libertad y justicia completa sobre la tierra.
Francois Rene De Chateaubriand