Yo và en 1725 a cuatro salvajes que habÃan sido traÃdos desde el Mississipi a Fontainbleau. HabÃa entre ellos una mujer de color ceniciento, como sus compañeros; le pregunté por medio del intérprete que les acompañaba si ella habÃa comido alguna vez carne humana; me respondió que sÃ, muy frÃamente y como si se tratase de una pregunta corriente. Esta atrocidad, tan repulsiva para nuestra naturaleza, es sin embargo mucho menos cruel que el asesinato. La verdadera barbarie es matar, y no disputar el muerto a los cuervos o a los gusanos.
Voltaire