¿La cuestión de la fe? Me la planteo todos los dÃas, sin cesar. He dicho no. He dicho no a Dios,
Jean Rostand
si se me permite expresarme de esta manera brutal; pero la cuestión se replantea a cada instante. Estoy obsesionado, digámoslo claramente, obsesionado, si no por Dios, por el no-Dios. Asà es.