Antes, ser adolescente era un momento de no identidad. Pero desde los sesenta la juventud es un grado. La corbata se convirtió en anatema; el sostén, en mordaza. Carmen Posadas
Antes, ser adolescente era un momento de no identidad. Pero desde los sesenta la juventud es un grado. La corbata se convirtió en anatema; el sostén, en mordaza.