El dominio viene de la práctica, la práctica viene de la experimentación juguetona y compulsiva y de una sensación de algo maravilloso. El músico, el atleta, el bailarÃn continúan con su práctica a pesar de los músculos doloridos y de quedarse sin aliento. Este nivel de actuación no lo logra ninguna exhortación calvinista del superyó, a través de sentimientos de culpa u obligación. En la práctica el trabajo es juego, es intrÃnsecamente gratificante. Es sentir a nuestro niño interno que pide jugar sólo cinco minutos más.
Stephen Nachmanovitch