¿Cómo no será absurdo que cuando uno es feliz no se reconozca con verdad la felicidad que posee por no querer declarar felices a los que viven, a causa de las mudanzas de las cosas y por entender la felicidad , mientras las vicisitudes de la fortuna giran incesantemente en torno de ellos?.
¿Qué hace falta para ser feliz? Un poco de cielo azul encima de nuestras cabezas, un vientecillo tibio, la paz del espíritu.
¿Y ya con que voy a soñar, cuando he sido tan feliz despierto?.