Si yo te debo una libra, tengo un problema; pero si te debo un millón, el problema es tuyo.
Siempre ha habido santos, pero ¿quién está realmente cualificado para canonizarlos?.
Siempre tendremos razones para estar enfadados, pero esas razones, rara vez serán buenas.
Sin duda es mejor un amor prudente; pero es preferible amar locamente a carecer de todo amor.
Sin una confianza humilde pero razonable en tus propias fuerzas, no puedes ser exitoso o feliz.
Solemos perdonar a los que nos aburren, pero no perdonamos a los que aburrimos.