Iría al paraíso, pero con mi infierno; solo, no.
Israelitas, cristianos y musulmanes profesan la inmortalidad, pero la veneración que tributan al primer siglo prueba que sólo creen en él, ya que destinan todo lo demás, en número infinito, a premiarlo o castigarlo.
Jamás es excusable ser malvado, pero hay cierto mérito en saber que uno lo es.
Jamás negociemos con miedo, pero jamás temamos negociar.
La alegría se encuentra en todas las cosas; pero a cada uno le corresponde extraerla.
La ambición es un vicio, pero puede ser madre de la virtud.
La amistad es el amor, pero sin sus alas.
La amistad, como el diluvio universal, es un fenómeno del que todo el mundo habla, pero que nadie ha visto con sus ojos.
La astucia puede tener vestidos, pero a la verdad le gusta ir desnuda.
La aventura podrá ser loca, pero el aventurero ha de ser cuerdo.
La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte.
La bestialidad es un mal menor que la perversidad, pero es más temible.
La boca de un hombre mayor está sin dientes, pero nunca sin palabras de sabiduría.
La buena vida humana es buena vida entre seres humanos o de lo contrario puede que sea vida, péro no sera ni buena ni humana.
La cerilla tiene cabeza pero no tiene corazón.
La ciencia puede descubrir lo que es cierto, pero no lo que es bueno, justo y humano.
La ciencia se puede aprender de memoria, pero la sabiduría no.
La cólera da ingenio a los hombres apagados, pero los deja en la pobreza.
La comida es la parte material de la alimentación, pero el vino es la parte espiritual de nuestro alimento.
La conciencia es como un huésped pesado que grita siempre, pero con el que, salvo en algunos casos gravísimos, uno termina por entenderse.
La conciencia no nos impide cometer pecados, pero desgraciadamente si disfrutar de ellos.
La conducta del sabio es como el agua: carece de sabor, pero a todos complace; carece de color, pero es bella y cautivadora; carece de forma, pero se adapta con sencillez y orden a las más variadas figuras.
La conversación más agradable es aquella de la que no se recuerda nada con precisión, pero deja una impresión general agradable.
La copa está, sólo apenas por la mitad pero tú, que felicidad... No la ves vacía, vuelve a mirar, imagina y vuelve a pensar que te puedes emborrachar, pero de alegría.
La cordura y el genio son novios, pero jamás han podido casarse.