El problema del hombre no está en la bomba atómica, sino en su corazón.
El problema, cuando se busca a la mujer perfecta, es que ella probablememte está buscando al hombre perfecto.
El progreso de la medicina nos depara el fin de aquella época liberal en la que el hombre aún podía morirse de lo que quería.
El que confía sus secretos a otro hombre se hace esclavo él.
El que disputa con un beodo, disputa con un hombre ausente.
El que habla en exceso y sin cordura raras veces pone en práctica lo que dice. El hombre noble nunca teme que sus palabras superen a sus obras.
El que no tiene carácter no es un hombre: es una cosa.
El que se tiene por hombre, ande quiera hace pata ancha.
El que un perro haya mordido a un hombre no es ninguna noticia; una noticia es el que un hombre haya mordido a un perro.
El recurso final del hombre destruido es el delito.
El regalo del mal hombre no trae consigo nada bueno.
El sabio no es el hombre que proporciona las respuestas verdaderas, es el que formula las preguntas verdaderas.
El secreto de mi universo es sólo imaginar a Dios sin la inmortalidad del hombre.
El secreto del hombre interesante es que él mismo se interesa por todos.
El sexo, el dolor y el amor son experiencias límite del hombre. Y solamente aquel que conoce esas fronteras conoce la vida; el resto es simplemente pasar el tiempo, repetir una misma tarea, envejecer y morir sin saber realmente lo que se estaba haciendo aquí.
El sueño y la esperanza son los dos calmantes que la naturaleza concede al hombre.
El suicidio sólo debe mirarse como una debilidad del hombre, porque indudablemente es más fácil morir que soportar sin tregua una vida llena de amarguras.
El terrorismo nace del odio, se basa en el desprecio de la vida del hombre y es un auténtico crimen contra la humanidad.
El tesoro del hombre es su verde juventud; el resto de la vida es invierno y senectud.
El tiempo es el ángel del hombre.
El tipo más noble de hombre tiene una mente amplia y sin prejuicios. El hombre inferior es prejuiciado y carece de una mente amplia.
El trabajo cansa. Eso prueba que el hombre no está hecho para trabajar.
El trabajo es la fortuna del hombre.
El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento.
El trabajo que un hombre desconocido ha hecho es como un arroyo de agua que corre oculto en el subsuelo secretamente haciendo verde la tierra.