El que da lo que tiene no está obligado a dar más.
El que detesta esta vida Debe amar La flor del cardo.
El que disputa con un beodo, disputa con un hombre ausente.
El que está acostumbrado a viajar, sabe que siempre es necesario partir algún día.
El que está debajo del peral, coge la mejor pera.
El que está enfermo no reusa la medicina. (un enfermo es dócil y hace todo por curarse).
El que está satisfecho con su parte es rico.
El que ha comenzado bien, está a la mitad de la obra.
El que habla en exceso y sin cordura raras veces pone en práctica lo que dice. El hombre noble nunca teme que sus palabras superen a sus obras.
El que no ama ya esta muerto.
El que no ha salido jamás de su país está lleno de prejuicios.
El que no tiene carácter no es un hombre: es una cosa.
El que no tiene celos, no está enamorado.
El que pudiendo no favorece al que está en peligro, ayuda a matarlo.
El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos.
El que se tiene por hombre, ande quiera hace pata ancha.
El que un perro haya mordido a un hombre no es ninguna noticia; una noticia es el que un hombre haya mordido a un perro.
El que yo tenga cariño, y muchas veces demasiado cariño, a la sabiduría, obedece al hecho de que me recuerda a la vida. Tiene ella el mismo mirar, la misma risa ¿ que culpa tengo yo de que las dos se parezcan tanto?.
El recurso final del hombre destruido es el delito.
El regalo del mal hombre no trae consigo nada bueno.
El reino de la verdad se divide, objetivamente, en distintas esferas. No está en nuestro albedrío el modo y el punto de deslinde entre las esferas de la verdad.
El rey está rodeado de gentes que no piensan sino en divertirlo y en impedir que piense en sí mismo. Porque, por muy rey que sea, es desgraciado si piensa en ello.
El rico nunca está satisfecho.
El sabio no es el hombre que proporciona las respuestas verdaderas, es el que formula las preguntas verdaderas.
El secreto de la felicidad no está en hacer siempre lo que se quiere, sino en querer siempre lo que se hace.