La naturaleza nos ha dado las semillas del conocimiento, no el conocimiento mismo.
La vejez no nos vuelve infantiles, como dicen, sino que nos encuentra todavía cual verdaderos niños.
Las mujeres son un sexo decorativo. Nunca tienen, nada que decir, pero lo dicen deliciosamente.
Lo que los hombres realmente quieren no es el conocimiento sino la certidumbre.
Los buenos gobiernos se conocen cuando lo que hacen vale más que lo que sus opositores dicen.