Todo es posible a condición de ser lo suficientemente insensato.
Todo es posible a quien no teme los trabajos.
Todo es presencia, todos los siglos son este presente.
Todo es prestado en este mundo, incluido uno mismo.
Todo es señal y enseñenza para el que sea capaz de despertar.
Todo es un tablero de ajedrez de noches y días, donde el destino, con hombres como piezas, juega: Acá y acullá mueve, y da jaque mate y mata, y uno por uno, vuelve a ponerlos en la caja.
Todo está compuesto de sufrimiento.
Todo está contado; la forma cambia. La forma es el mar, es insondable.
Todo está permitido, menos interrumpir una manifestación de amor.
Todo fracaso es el condimento que da sabor al éxito.
Todo gigante muere cansado de que lo observen desde afuera.
Todo gran amor no es posible sin pena.
Todo gran arquitecto, necesariamente, es un gran poeta. Debe ser un gran intérprete original de su tiempo, de sus días, de su época.
Todo hombre es como la Luna: con una cara oscura que a nadie enseña.
Todo hombre es sincero a solas; en cuanto aparece una segunda persona empieza la hipocresía.
Todo hombre es, o confía llegar a ser un holgazán.
Todo hombre lleva en sí un dictador y un anarquista.
Todo hombre no vive más que por lo que espera.
Todo hombre paga su grandeza con muchas pequeñeces, su victoria con muchas derrotas,su riqueza con múltiples quiebras.
Todo hombre que conozco es superior a mí en algún sentido. En ese sentido, aprendo de él.
Todo hombre se parece a su dolor.
Todo hombre tiene derecho a ser feliz.
Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cual es.
Todo hombre tiene sus penas secretas que el mundo no conoce. Por eso a veces acusamos de frialdad a un hombre que en realidad, sólo es un hombre triste.
Todo hombre tiene tres variedades de carácter: el que realmente tiene; el que aparenta, y el que cree tener.