No pocas veces ya he dicho adiós; conozco las horas desgarradoras de la despedida.
No podemos arrancar una página del libro de nuestra vida, pero podemos tirar todo el libro al fuego.
No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos.
No podemos temer nunca cuando tenemos una madre poderosa y amante que vela por nosotros.
No puede herirnos la injuria sino cuando la recordamos; por ello la mayor venganza es el olvido.
No puedes hacer un acto amable demasiado pronto, porque nunca sabes cuándo será demasiado tarde.