Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no.
Lo que las ideologías dividen al hombre. . . El amor con sus hilos los une en su nombre.
Los ancianos gustan de darnos buenos preceptos para consolarse de no poder darnos malos ejemplos.
Los buenos gobiernos se conocen cuando lo que hacen vale más que lo que sus opositores dicen.