Torpe ya el ojo del Halcón al ocaso Gorjean las codornices.
Matsuo Basho
Una noche de primavera. En la sombra del templo un misterioso hombre suplicando.
Matsuo Basho
Un viejo estanque se zambulle una rana ruido de agua.
Matsuo Basho
Habiendo enfermado en el camino, mis sueños merodean por páramos yermos.
Matsuo Basho
Del extremo de la hierba en cuanto cae alza el vuelo la luciérnaga.
Matsuo Basho
Más blanco que las piedras De la montaña rocosa El viento de otoño.
Matsuo Basho
¡Vamos a contemplar la nieve hasta caer de cansancio!.
Matsuo Basho
En néctar de orquídeas la mariposa perfuma sus alas.
Matsuo Basho
Una noche en el templo. La luna En lo más claro de mi rostro.
Matsuo Basho
Al plantar el arroz cantan: primer encuentro con la poesía.
Matsuo Basho
Mariposas que nunca serán llevados por el viento otoñal los tristes gusanos de la mostaza.
Matsuo Basho
Bajo las flores de un mundo efímero. Con mi arroz entero y mi sake blanco.
Matsuo Basho
De los cerezos en flor al pino de dos troncos: tres meses ya.
Matsuo Basho
La nieve que vimos caer ¿Es otra este año?.
Matsuo Basho
El cuco un gran bosque de bambúes filtra la luna.
Matsuo Basho
Albergue pobre. Los gemidos del perro en la lluvia nocturna.
Matsuo Basho
En este jardín ¡Un siglo de hojas muertas!.
Matsuo Basho
Toda la noche amotina las olas el viento en cólera y los pinos chorrean húmeda luz de luna.
Matsuo Basho
Las cigarras van a la muerte y su canto nada nos dice.
Matsuo Basho
¿Es primavera?. La colina sin nombre se perdió en la neblina.
Matsuo Basho
Esta puesta del sol otoñal. Pareciera ser El País de las sombras.
Matsuo Basho
Esta mañana nevada Incluso el caballo Es digno de mirar.
Matsuo Basho
En casa del cantero florecen los crisantemos entre las piedras.
Matsuo Basho
En la primera nieve. Las flores de los narcisos casi no se doblan.
Matsuo Basho
Sol de invierno sobre un caballo la silueta helada.
Matsuo Basho