Los poetas se liberan del mundo con la lluvia y al mismo tiempo logran una melancolía llevadera, la de un día nublado donde ni siquiera lo peor es completamente atroz. Juan Villoro
Los poetas se liberan del mundo con la lluvia y al mismo tiempo logran una melancolía llevadera, la de un día nublado donde ni siquiera lo peor es completamente atroz.