Frases de Ernestina De Champourcin

Se han encontrado 16 pensamientos de Ernestina De Champourcin



¡Quiero escapar indemne del infierno que arde en la trama de tus besos sabios!.

Ernestina De Champourcin

El agua de mis besos, ungiéndote, dirá tu verdadero nombre.

Ernestina De Champourcin

Eludir el camino que todos conocemos. Seguir hacia adelante ruta de los que intentan lo que nunca pensaron y se sienten felices porque hay algo distinto, porque se desvanece de pronto lo que sobra y no existe el vacío si queremos colmarlo.

Ernestina De Champourcin


Ahoga entre tus labios mi tristeza, y esta inquietud punzante que ya empieza a taladrar mi sien con sus latidos.

Ernestina De Champourcin

Mi antorcha despejando la noche de tus labios libertará por fin tu esencia creadora.

Ernestina De Champourcin

Amor de cada instante... duro amor sin delicias: cadena cruz, cilicio, gloria ausente, esperada, gozo y tortura a un tiempo.

Ernestina De Champourcin

Los deseos se estrellan contra la inexorable inercia del silencio.

Ernestina De Champourcin

Nunca podrás tenerme sin abrir tu deseo sobre la desnudez que sella lo inefable, ni encontrarás mis labios mientras algo concreto enraíce tu amor.

Ernestina De Champourcin

La flecha de mi vida ha clavado sus rumbos en tu pecho y esquivo entre tus brazos el acecho de las cien rutas que mi paso olvida.

Ernestina De Champourcin

Te esperaré apoyada en la curva del cielo y todas las estrellas abrirán para verte sus ojos conmovidos.

Ernestina De Champourcin

Se borrará en tus labios la forma de los míos, y el cielo de tu vida tendrá un color distinto al de mi corazón.

Ernestina De Champourcin

¡Cuando voy a ti, quisiera ser viento para arrebatarte más allá del cielo!.

Ernestina De Champourcin

Yo quiero ser fuego, volcán de aire rojo que incendie el secreto de todas las ramas y todos los pechos.

Ernestina De Champourcin

Ahondaré en ti mismo y abrasará tu sangre el fuego de la mía rebelde y soñadora.

Ernestina De Champourcin

Hay manos que triunfan al quedarse vacías y otras como puños que no conservan nada.

Ernestina De Champourcin

¡Toda la primavera dormía entre tus manos!.

Ernestina De Champourcin


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