Si yo no hubiera sido, el alma mía repartida pondría en cada cosa una chispa de amor...
Dulce Maria Loynaz
El beso que no te di se me ha vuelto estrella dentro... ¡Quién lo pudiera tornar -y en tu boca...- otra vez beso!.
Dulce Maria Loynaz
Muchas cosas me dieron en el mundo, solo es mia la pura soledad.
Dulce Maria Loynaz
Quién pudiera como el río, ser fugitivo y eterno.
Dulce Maria Loynaz
Yo no sé de árbol fuerte más fuerte que su alma...
Dulce Maria Loynaz
Para ti lo infinito o nada; lo inmortal o ésta muda tristeza que no comprenderás...
Dulce Maria Loynaz
Miro siempre al sol que se va porque no sé qué algo mío se lleva.
Dulce Maria Loynaz
No te nombro; pero estás en mí como la música en la garganta del ruiseñor aunque no esté cantando.
Dulce Maria Loynaz
Amor es desenredar marañas de caminos en la tiniebla: ¡Amor es ser camino y ser escala!.
Dulce Maria Loynaz
Siempre, amor... (¡Y estas dos palabras naúfragas, entre alma y piel clavadas contra el viento!).
Dulce Maria Loynaz
Si me quieres, quiéreme entera, no por zonas de luz o sombra... si me quieres, quiéreme negra y blanca. Y gris, y verde, y rubia, quiéreme día, quiéreme noche...¡Y madrugada en la ventana abierta!.
Dulce Maria Loynaz
Fuera de ti ha de sobrarme el mundo como le sobra al río el aire, al mar la tierra, a la espada la mesa del convite.
Dulce Maria Loynaz
Dulzura del olvido como un rocío leve cayendo en la tiniebla...
Dulce Maria Loynaz
Hay algo muy sutil y muy hondo en volverse a mirar el camino andado... El camino en donde, sin dejar huella, se dejó la vida entera.
Dulce Maria Loynaz