El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar.
El dinero no puede hacer que seamos felices, pero es lo único que nos compensa de no serlo.
El dinero puede abrir nuevas vías que permitan prolongar un poco más de tiempo una racha de suerte.
El dolor que no se desahoga con lágrimas puede hacer que sean otros órganos los que lloren.